domingo, 11 de marzo de 2012

¿Escapista?

Como muchos shibas, Sayuri es una experta en escaparse, hueco que ve, hueco donde se mete y echa a correr. Los que tenemos shibas, sabemos que esa actitud entra dentro de su naturaleza, como buen perro primitivo que es. Aunque debo admitir que he visto shibas muy obedientes y que pueden ir sueltos sin ningún problema. Siempre hay la excepción que confirma la regla.
Personalmente me supone un problema. Siempre llevo a Sayuri atada con correa y aunque juego mucho con ella, me doy cuenta que no tiene la musculatura bien desarrollada. Las veces que Sayuri se ha escapado, ha vuelto cuando le ha dado la real gana y he podido comprobar que correr detrás de ella, sólo empeoraba la situación. Lo mejor que he podido hacer hasta el momento, ha sido esperar pacientemente a que volviera.
La pena con todo esto, es que disfruta como una loca cuando se siente libre. Así que he querido probar algunas cosillas con ayuda del labrador de mi hermana (habiendo intentado previamente, los métodos más tradicionales, como las chucherías, el juguete favorito o incluso un silbato)
  • Acoplador para 2 perros:
Este método no ha sido el más indicado ya que, de una punta a otra, el acoplador mide 85cm. Un labrador es más grande que un shiba en todos los aspectos. La distancia se ve acortada por la altura del labrador y la movilidad queda bastante reducida. Por una zancada del labrador, Sayuri tiene que dar 2. El resultado es que el labrador lleva a Sayuri a rastras, constantemente tirando de ella. Queda probar este mismo método pero con un perro de la misma estatura que Sayuri.

  • Correa de 2 metros con mosquetones a ambos extremos
El labrador ya no tira de Sayuri. El único inconveniente es que, debido a la largura, la correa se enreda entre las patas de los perros. Además de que no van corriendo, si no que van andando, como mucho van trotando.


  • Collar de citronela con mando
En mi caso, ha sido totalmente inefectivo; se lo puse y sí que al primer chorro de citronela, se sorprendió y se quedó como paralizada, girando la cabeza a ver de donde salía eso. Al segundo chorro ya le daba igual, ella hacía lo que le daba la gana. ¡Menos mal qué lo probé en casa antes de hacer el intento durante el paseo!

Seguiremos probando suerte con otras cosillas, si las hay XD

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